Jason Momoa encarna a Aquaman en su primera película en solitario. Una cita cargada de acción e increíbles efectos visuales |
Poco más de un año tuvimos que esperar para volver a ver el logo de DC en la gran pantalla y la expectativa no era poca. Después de los resultados dispares de Justice League, la película en solitario del Rey de Atlantis era la siguiente gran apuesta. ¿Valió la pena la espera? ¿Es la ola refrescante que esperabamos o sólo se hunde en otro intento fallido?
Empecemos por el principio: La película tarda bastante en su inicio, no obstante es entendible ya que deben presentar personajes y contextos hasta ahora desconocidos para justificar la historia que se quiere contar. No obstante, el carisma de Nicole Kidman en pantalla lo solventa con facilidad.
Y hablando de carisma, no puedo seguir sin alabar el de Jason Momoa, suficiente como para hacer graciosos los chistes más flojos a la par que le da todo el perfil de tipo duro a su personaje. Se acabaron las bromas sobre el tipo que habla con los peces.
Visualmente la cinta es un deleite, secuencias como el descenso a la fosa o la batalla final son épicas en cada detalle, Atlantis es un universo entero lleno de criaturas y lugares sorprendentes que dan mucho potencial para futuras secuelas. Pero, siendo justos, en las escenas en las que los personajes sólo dialogan bajo el agua, su movimiento corporal se siente forzado.
Las escenas de combate son constantes y bien logradas aunque la mayoría siguen un mismo estilo, lo cual puede hacer que lo que en un principio era innovador termine siendo repetitivo. Probablemente sea la película del DCEU con más secuencias de acción que haya en su filmografía hasta ahora. Realmente se siente la esencia del cómic plasmado en pantalla.
En cuanto a la dirección se nota la proveniencia de James Wan del cine de terror pues acierta en sorprender interrumpiendo las escenas más románticas y casuales con explosiones o ataques. Y aunque hay chistes bastante simples, no son demasiados, lo cual se agradece.
El guión es bastante sencillo y predecible, los trasfondos filosóficos, los giros inesperados o las subtramas quedaron completamente fuera en esta ocasión. Logrando así tener un héroe rudo, serio y verosímil; pero quedándose en la zona segura que no necesita de una segunda revisión para ser entendida.
En conclusión, Aquaman es una buena película, tiene su objetivo claro y sabe llevar el ritmo a pesar de las 2 horas que dura, con escenas épicas y clichés por parte y parte. Ciertamente dejará contentos a los espectadores casuales, pero a los que seguimos al DCU nos quedará faltando un poco más de "profundidad" en una historia con tanto potencial.
Aún así, parece que DC y Warner Bros. finalmente encontraron su camino para establecer un universo cinematográfico estable y duradero, así que ya veremos qué nos traerá la marea...
wow! No conocía el talento periodístico que tienes para escribir reseñas tan profesionales, objetivas y carentes de spoilers.. un abrazo!
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