La Liga de la Justicia: El encuentro que queríamos, pero no el que esperábamos

Batman, Superman, Mujer Maravilla, Aquaman, Flash y Cyborg finalmente
se unen en una de las cintas de superhéroes más esperadas de la historia.
¿Valió la pena la espera?

Imposible es mencionar a la Liga de la Justicia y no remontarse años atrás, a las magníficas apariciones de la Liga animada en televisión. Y es que no es necesario haber sido un obsesivo de los cómics para identificar nombres como los de Superman y Batman con capuchas y capas de colores. Ellos fueron el primer grupo de superhéroes en la historia y su incursión en la gran pantalla un evento esperado por generaciones.

Aún así, con los conocidos traspiés que tuvo Warner Bros. con las anteriores adaptaciones del universo de DC Comics, las expectativas aumentaban en igual proporción que los miedos a un desastre. Finalmente la película ha llegado a los cines de la mano de dos directores (recordemos que Joss Whedon tomó la batuta luego de que Zack Snyder tuviese que dejarla por una tragedia familiar), y el resultado es algo ambiguo. Ciertamente no es un desastre pero tampoco es lo mejor que pudo haber sido.

Empezando porque Justice League (2017) es una reunión de superhéroes de los que no sabemos prácticamente nada en este universo cinematográfico, a excepción de la trinidad conformada por Wonder Woman, Batman y Superman; los nuevos integrantes son completamente desconocidos. Aquaman, Flash y Cyborg habían aparecido en cameos, pero su trasfondo era un misterio.

No obstante, funcionan. Jason Mamoa logra imprimirle personalidad a su personaje volviéndolo rudo, poderoso e incluso vulnerable. Atrás quedaron los chistes de hablar con peces. Ezra Miller nos da a un Flash carismático, entretenido e inocente, cuyas acotaciones cómicas funcionan la mayoría de las veces. Y Ray Fisher es un Cyborg conflictuado con su nueva naturaleza de hombre/máquina pero que logra ser un engranaje de gran utilidad para la Liga. Aunque de éste último hay que decir que si bien no se siente «de relleno», es el que menos desarrollo tiene y su función va poco más allá de ser el «super hacker» de turno.

La caracterización de los personajes es uno de los aspectos sobresalientes
de la cinta, cada miembro del cast funciona tanto en solitario como en equipo.

El acople de los nuevos héroes con la trinidad está muy bien logrado y su desempeño como equipo funciona en pantalla, especialmente en las escenas de acción. En tanto Gal Gadot hace lucir, nuevamente, a su personaje de Diana Prince, convirtiéndolo en uno de los puntos más fuertes de la película. El Batman de Ben Affleck, por el contrario, se percibe falto de motivaciones y resignado, incluso con tintes suicidas que dejan muy por debajo al hombre murciélago de su homólogo en el cómic o en películas anteriores. Y en cuanto a Superman parece que, por fin, está realmente consciente de su rol en el mundo, no duda al usar sus poderes y regresa triunfal a derrotar al villano Steppenwolf (tal vez con demasiada facilidad, puesto que da la sensación de que el resto de la Liga es innecesaria a su lado).

Infortunadamente, el anticipado regreso de Superman se siente algo simple y facilista; gastando, sin mayor trascendencia, uno de los arcos narrativos más emblemáticos en la mitología del personaje y dejándonos la impresión de que hubiese sido mucho más efectivo de haberse usado en futuras secuelas, cuando el cariño del público por el personaje que encarna Henry Cavill se hubiese afianzado.

No obstante, el fallo más grande en este universo cinematográfico sigue estando en los villanos. En este caso: Steppenwolf, quién aún con un ejército de parademons, no trasciende de ser un villano acartonado con ansias de apoderarse del mundo, cuyas motivaciones no son del todo claras y que es detenido justo cuando su plan malvado está a punto de concretarse. Realmente nunca se siente como una amenaza épica que sólo pueda ser enfrentada juntando a los mejores superhéroes de la historia... Aunque gracias a él tenemos unas excelentes secuencias de acción: primero contra amazonas, atlantes, linternas y humanos en la antiguedad; y luego contra la reina Hippolyta y su corte de mujeres guerreras.

Al final, Justice League cumple con ser una buena continuación de la historia de DC en el cine, pero falla en ser la gloriosa cinta que habíamos deseado por décadas. A pesar de los cortes, cambios y regrabaciones que sufrió; sigue siendo un buen relato sobre el poder del trabajo en equipo y la confianza. Una luz esperanzadora para las siguientes películas, porque la mayoría de sus errores pueden pulirse fácilmente en las siguientes apariciones. Pero, a la vez, es una reiteración del mal manejo que Warner Bros. le está dando a la franquicia, la falta de confianza en sus creadores y el afán por alcanzar a la competencia, aunque eso signifique seguir mostrando títulos que se sienten inacabados y mal estructurados.

En conclusión, Justice League es una buena película, pero que llega cuando todos esperábamos una película excelente. Una cinta disfrutable tanto por fans como por espectadores casuales, pero que deja la sensación general de «esperaba más...».

La edad de los héroes ha vuelto, y aunque no ha sido perfecta,
aún queda mucho camino por recorrer.